Poder, lo que se dice poder, se puede. Cualquier analista de este lado o del otro del Atlántico, tiene la potestad de elucubrar, aventurar y pronosticar cualquier actividad de futuro, entre ella la de medir el precio de la plata. Otra cosa es que acierte en su predicción.
Si partimos del hecho de que en estos primeros meses de 2017, desde diciembre de 2016, el precio de la plata se ha elevado con energía, se podría augurar que en los próximos 10 meses la subida mantendrá sus constantes.
¿En qué se puede justificar ese optimismo?
Si acudimos a los analistas que respondieron a una encuesta realizada por la London Bullion Market Association, vemos en primer lugar cómo realizaron una predicción para el oro de un aumento de hasta un 11%.
Por lo que se refiere a la plata, la mayoría de dichos analistas (20 de 23 encuestados) apostaron por una posición de avance y alza, aunque luego haré referencia al tanto por ciento de aumento se daría en 2017.
Por lo general, el oro y la plata van de la mano, unidos como metales preciosos que son: lo que va bien para uno lo va también para el denominado metal de los pobres.
Elementos tales como el posicionamiento de los tipos de interés por parte de la estadounidense Fed; el grado de consumo industrial; la demanda en el sector de la joyería; o la determinación de los inversores, grandes y pequeños, por la adquisición de plata, hacen que este metal precioso tenga visos de ocupar peldaños más elevados en los mercados de bienes tangibles.
Si a estos datos añadimos el alto grado de interés demostrado por China, paralelo al del oro, con su política de ascenso para desde septiembre de 2014 dominar los mercados mundiales a través de la Bolsa de Oro de Sahnghai, no cabe duda que aumentará el interés internacional por la plata. Con ese interés, lógicamente, habrá más demanda y, por ende, subirá su precio.
Otro factor de riesgo que podría impulsar hacia arriba los precios de los metales preciosos, oro y plata, es el del desencadenamiento de viejas fórmulas bélicas, que pudieran derivarse tras el resultado de la unión de sectores conservadores, más los de las empresas armamentísticas y rematadas por el apoyo de fuerzas ultraconservadores del Congreso de los Estados Unidos. Ya ocurrió en otras ocasiones y el resultado final fue desastroso para el mundo, aunque muy favorable para la gigantesca industria del misil, la mina antipersonal y las guerreras telecomunicaciones.
“Los neoconservadores y el Pentágono están en una necesidad urgente de una guerra para alimentar su insaciable demanda de mayores presupuestos e impulsar la bomba militar”, explica Peter Krauth, uno de los más importantes analistas económicos estadounidenses.
Nunca ha habido ninguna duda de que en caso de conflicto bélico los metales preciosos, oro y plata, han salido siempre ganando.
Pero volvamos a las previsiones de esos 23 analistas encuestados por la LBMA, tras sus respuestas se puede fijar en nada menos que un 33%, con 24 dólares la onza, el grado de subida del precio de la plata para final del año 2017. Si bien la predicción media para el metal argénteo fue de algo más del 14%.