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Serios problemas de Canadá tras liquidar todas sus reservas de oro en 2016

A pesar de ser uno de los mayores productores mundiales de oro, Canadá ni siquiera aparece en el listado de los 100 países con mayores reservas de oro. Esta paradoja se explica porque el país decidió vender todas sus reservas de oro en 2016, con el engañoso argumento de que “no generaban beneficios”. Dos años después, la situación económica del país no es precisamente ideal, con una deuda creciente y una burbuja hipotecaria que amenaza con estallar en cualquier momento.

Varias compañías mineras canadienses se encuentran en el “top ten” de los mayores productores de oro mundiales, mientras que el país, en su conjunto, pugna con Australia, Rusia y Estados Unidos por situarse por detrás de China como segundo productor mundial.

Sin embargo, como relata Tyler Durden en el blog ZeroHedge, el Banco de Canadá decidió vender todas sus reservas de oro en 2016. El argumento oficial del Departamento de Finanzas fue el alto coste derivado de la custodia de las reservas de oro y el hecho de que el oro no genera beneficios. “Una lógica muy extraña, teniendo en cuenta que el precio del oro ha superado la revalorización del índice S&P 500 desde el año 2000, y ha subido desde 25 dólares la onza en 1967 a más de 1.300 en la actualidad”, señala Durden.

No es el primer banco central que ha adoptado esta decisión: en 1999, el Banco de Inglaterra vendió el 58% de sus reservas de oro (unas 395 toneladas), a un precio de 282,40 dólares la onza, por lo que recaudó alrededor de 3.500 millones de dólares.

Ocho años después. El precio del oro había subido hasta los 675 dólares la onza, por lo que el Reino Unido había dejado de ganar más de 2.000 millones de libras esterlinas. Una decisión que la prensa británica calificó como “Brown’s Bottom”, un juego de palabras que hace referencia al nombre del entonces responsable de Hacienda, Gordon Brown, y a la palabra “bottom”, que significa “fondo”, pero también “trasero”.

Las ventas del Banco de España

Estas operaciones no nos son ajenas en España, ya que el Banco de España procedió a la venta de buena parte de sus reservas de oro en varias operaciones, que se llevaron a cabo entre 2004 y 2007, bajo el mandato como gobernadores de Jaime Caruana (2000-2006) y de Miguel Ángel Fernández Ordóñez (2006-2012). En aquel momento, el Banco de España tenía 525 toneladas de oro (16,8 millones de onzas), de las que vendió el 46% (242 toneladas, 7,7 millones de onzas), por 3.500 millones de euros.

Si esa venta se hubiera realizado en agosto de 2011, cuando su precio alcanzó los 1.274,68 euros la onza, se habrían recaudado 9.800 millones, 2,8 veces más de lo obtenido.

Tras la venta, las reservas de oro del Banco de España quedaron en unas 283 toneladas, que son las que ha mantenido hasta ahora, y que le hacen ocupar el puesto número 19 en la lista de países con más reservas en oro, elaborada por el Consejo Mundial del Oro.

Volviendo a Canadá, la venta de sus reservas de oro lo ha situado en una complicada situación económica. “En esta época de dinero fiat, mucha gente olvida que el oro es dinero real y que nunca ha dejado de funcionar como un depósito de valor confiable. El oro es una moneda relativamente líquida y una de las más negociadas”, señala Durden.

El que fuera presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, dijo en su día: El oro es el medio de pago definitivo del mundo. En última instancia, el dinero fiat no será aceptado por nadie. Pero el oro siempre se acepta”.

Al reducir sus reservas de oro, Canadá ha reducido también sus derechos de voto en el seno del Fondo Monetario Internacional. El problema es que también su potencia financiera también se está reduciendo, al tiempo que su deuda ha superado la barrera del billón de dólares.

Este aumento de la deuda de Canadá tiene su origen en la apertura incontrolada del grifo del crédito, gracias a la relajada política monetaria del Banco de Canadá. En la actualidad, Canadá cuenta con un techo de deuda de 1,168 billones de dólares y ya se especula con que el Parlamento del país va a tener que incrementarlo en el futuro próximo. La deuda de los hogares de Canadá equivale ya al 101% de su PIB.

Paradójicamente, este récord de la deuda canadiense se ha registrado en un momento en que su crecimiento económico es del 3% (en 2017), el más alto de los últimos seis años y con expectativas de continuar en 2018.

Sin embargo, como apunta el artículo, este optimismo puede ser engañoso, ya que el déficit del Estado se ha disparado por encima de los 18.000 millones de dólares, mientras que el crédito empresarial alcanzó una cifra de 803.000 millones de dólares en 2017.

Además, Durden alerta de que Canadá se enfrenta a una burbuja hipotecaria, provocada pro los créditos fáciles que hicieron que muchos clientes adquiriesen lujosas viviendas que, tras la subida de tipos de interés, no pueden permitirse.

“La política financiera de Canadá es una incógnita: mientras otros países acumulan oro, ellos han vendido sus reservas; mientras otros países tratan de reducir su deuda, Canadá la incrementa. Los países que históricamente han sabido valorar el oro han sido o han tratado de ser potencias mundiales. La simple posesión de oro se considera un símbolo de autoridad. Canadá, en cambio, va por libre, y podría estar camino del abismo”, concluye el artículo.

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