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Sigue la controversia por la apertura de una mina de oro en el monte Amulsar, Armenia

Según informa la Agencia de noticias France-Presse, ecologistas y vecinos se oponen firmemente a la apertura de una mina de oro en el sureste de Armenia, que podría ser desastrosa para el medioambiente y la economía local de este país del Cáucaso. Esta explotación a cielo abierto, en construcción en el monte Amulsar contaminará las fuentes de agua potable y pondrá en peligro los ingresos procedentes del turismo, aseguran sus detractores.

El primer ministro Nikol Pashinian declaró a France-Presse que la mina, que será desarrollada por la empresa angloestadounidense Lydian International, primer inversor extranjero en Armenia, “es una fuente vital de inversiones y un signo de la apertura económica del país”.

En un comunicado la compañía Lydian dice que ya ha gastado 400 millones de dólares en diez años desarrollando los depósitos de Amoulsar, cuyas reservas se estiman en 40 toneladas de oro puro. Ante las críticas, la empresa minera denuncia una «gran desinformación» como parte de «una campaña lanzada por compañías mineras rivales«.

«Lydian es completamente transparente en sus operaciones y prácticas ambientales, y cumplen o exceden todos los estándares internacionales«, dice Hayk Aloïan, Director Ejecutivo de Lydian.

Karine Danielian, directora de la ONG Association pour un développement humain durable (Asociación para el Desarrollo Humano Sostenible), no está de acuerdo. Según Danielian, “los productos químicos utilizados en la minería de oro podrían conducir a la oxidación en los grandes ríos circundantes, haciéndolos «inadecuados para riego y consumo. La contaminación del agua podría causar daños irreparables al ecosistema del lago Sevan y los manantiales minerales de Djermouk«, agrega el activista.

El investigador Seïran Minassian, director del Instituto de Química Física de Ereván, también predice «consecuencias ecológicas inmanejables» si el proyecto tiene éxito. Minassian dice que «todas las minas armenias son explotadas brutalmente, sin respetar las normas ambientales«.

En un video publicado sobre las recientes protestas en la capital, el primer ministro Pachinian restó importancia a estos riesgos ecológicos y dijo que el final del proyecto afectaría mucho el clima empresarial. Según Lydian, inyectará 120 millones dólares cada año en el PIB armenio y creará muchos empleos bien remunerados.

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