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Subastada una moneda rusa de 12 rublos en platino, acuñada en 1834

La casa de subastas japonesa Auction-World subastó recientemente una de las monedas más raras del mundo, 12 rublos rusos de 1834, con la particularidad de que está acuñada en platino y tan sólo hay 11 piezas conocidas. La pieza salió a subasta en 55.200 dólares y fue vendida tras emocionantes pujas en 164.000 dólares.

En la amplia y fascinante historia numismática de Rusia, destaca un curioso episodio de hace casi 200 años. Una moneda extremadamente rara de 12 rublos recuerda un esfuerzo por emitir monedas de platino para su circulación.

El lote 3804 de la moneda de 1834 supuso un momento destacado en la subasta celebrada por Auctions-World el 23 de abril en Tokio. Los 12 rublos de platino fueron catalogados por el Professional Coin Grading Service (Servicio Profesional de Calificación de Monedas) con el grado PR63 Cameo.

Auctions-World puso a la venta la moneda rusa en platino con un precio de salida de 55.200 dólares, rematándose tras emocionantes pujas en 164.600 dólares.

En la San Petersburgo del zar Nicolás II el platino se utilizaba para la fabricación de objetos de joyería, después de que en el siglo XVIII el científico sueco Teopiru Sheffer determinara en 1751 su valor como un metal precioso.

Décadas más tarde, en 1825, Rusia comenzó la excavación de grandes depósitos de platino, declarando el monopolio del estado y liderando las labores para preparar una primera acuñación de platino en 1828.

La moneda de 12 rublos de esta subasta es una de las 11 rarísimas piezas creadas en pequeñas cantidades como obsequios para diplomáticos y ricos coleccionistas, incluso entre monedas de platino centradas en la circulación general, y entre las series de 12 rublos.

El platino fue descubierto en los montes Urales alrededor de 1825, y en 1828 Rusia autorizó tres denominaciones de monedas de platino para el zar Nicolás I: piezas de 3, 6 y 12 rublos.

Mientras que las tiradas de la moneda de 3 rublos eran moderadas, las dos denominaciones más grandes se acuñaron esencialmente como piezas de presentación.

En 1845, las monedas de platino fueron abandonadas, y las piezas restantes fueron retiradas del mercado y fundidas, un destino que “fue causado por la indiferencia pública e incluso la hostilidad hacia las monedas de metal pálido”, escribió Robert P. Harris en una guía de monedas rusas de 1725 a 1982.

 

 

 

 

 

 

 

 

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