Para detener futuros colapsos bancarios, Suiza tuvo el domingo 10 de junio un referéndum sobre el “Vollgeld” o Iniciativa para el Dinero Soberano. Este es otro ejemplo de democracia directa suiza, lo que significa que los ciudadanos pueden lanzar una iniciativa para cambiar la Constitución helvética.
La Iniciativa Vollgeld es bastante compleja, pero en términos muy simples detendría el sistema bancario de reserva fraccional en Suiza. En la actualidad, la mayoría de los bancos privados en el mundo pueden imprimir o crear dinero hasta 10 veces o más aprovechando sus depósitos. Esto no solo es altamente inflacionario, sino que también pone en peligro el dinero de los depositantes prestando 10 veces más del dinero que tiene proveniente de sus impositores. Por lo tanto, la banca fraccional es el esquema Ponzi perfecto que eventualmente lleva a los bancos a la quiebra. Casi sucedió en 2007-9 pero los bancos centrales lograron detener una falla sistémica en el último minuto. Cuando comience la próxima crisis financiera, que no está muy lejos, es poco probable que los bancos centrales salven el sistema, ya que el problema ahora es exponencialmente mayor.
El referéndum para instalar la “Iniciativa de Dinero Soberano” preguntó a los ciudadanos si estaban de acuerdo con eliminar la capacidad de los bancos privados de generar dinero. De esa forma solo podrían prestar el dinero que tengan en depósitos. Solo el 10% del dinero suizo ha sido creado por su banco central, mientras que el 90% ha sido creado por la banca privada.
Los precursores de una iniciativa deben recojer 100.000 firmas válidas a favor, para tener un voto nacional. Si ese voto respalda la iniciativa, se convierte en parte de la constitución y el parlamento o el gobierno no puede cambiarla. Este método único de democracia directa es una razón importante por la cual Suiza tiene el mejor sistema político del mundo.
La iniciativa requirió que los bancos respaldaran todos los depósitos a la vista con reservas del banco central. Toda la nueva creación de dinero sería realizada por el Swiss National Bank.
Pero, al final, tras la celebración del referéndum, el Vollgeld no tuvo ninguna oportunidad debido a las mismas partes a las que se oponían. Por lo tanto, fue rechazado por una fuerte mayoría, el 75 de los votantes.