Ya han comenzado en la localidad texana de Leander las obras para la construcción del nuevo depósito de metales preciosos del estado, que se espera que entre en funcionamiento a finales del próximo año 2019.
Como ya informamos desde este periódico, el estado de Texas aprobó en 2015 una ley que daba luz verde a la creación de un depósito de metales preciosos en su territorio, para albergar las reservas de oro del “Lone Star State” que se encuentran depositadas en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
A mediados de este mes de diciembre se colocó la primera piedra de la sede del Texas Bullion Depository, que tendrá una superficie de más de 3.700 metros cuadrados y que se espera que entre en funcionamiento a lo largo del próximo año.
Esta instalación supone, según los partidarios de su creación, un desafío a la autoridad del Gobierno federal y establece las bases para acabar con el monopolio que la Reserva Federal mantiene sobre el dinero.
El objetivo del mismo es ofrecer un lugar seguro para la custodia de los metales preciosos propiedad de los ciudadanos, empresas, ciudades, condados, agencias gubernamentales e incluso países extranjeros.
Además, la ley de 2015 prevé también la creación de un mecanismo que facilite el uso diario del oro y la plata para realizar diversas transacciones, permitiendo a cualquier persona que haya depositado oro o plata realizar pagos en “dinero contante y sonante” (“sound money”) por medios electrónicos o cheques.
Aunque su sede definitiva en Leander (Texas) se encuentra aún en construcción, el Texas Bullion Depository inició su actividad de forma oficial aceptando los primeros depósitos el pasado 6 de junio de 2018. De momento, su sede se encuentra en las instalaciones de la compañía Lone Star Tangible Assets (elegida por el estado para gestionar el depósito) en Austin (Texas).
Según Matt Ferris, presidente de esta compañía, la cámara acorazada del depósito será la más grande de clase 3 del estado. La clase 3 es la más resistente de entre las cámaras acorazadas, diseñada para soportar durante más de dos horas el intento de apertura con cualquier tipo de herramientas.
Su peso será de 750 toneladas, aproximadamente el de diez transbordadores espaciales, y tendrá capacidad para contener más de 350.000 millones de dólares en metales preciosos, más de lo que actualmente se custodia en el depósito de Fort Knox (Kentucky, EEUU).
Está previsto que, en caso necesario, las instalaciones se puedan ampliar desde los 3.700 metros cuadrados previstos hasta cerca de 12.000.
Según el auditor del estado de Texas, Glenn Hegar, la colocación de la primera piedra del depósito “supone un acontecimiento histórico: el primer depósito de oro físico gestionado por un estado”.
El depósito está al servicio no solo de los ciudadanos de Texas, sino que cualquier estadounidense puede abrir una cuenta online y enviar o entregar personalmente el metal en las instalaciones para su custodia. El depósito almacena oro, plata, platino, paladio y rodio.
Aunque todavía no se ha implementado un sistema para facilitar las transacciones diarias con oro y plata, su creación forma parte del plan a largo plazo para permitir que los clientes acepten, transfieran y retiren oro de sus depósitos.
El hecho de que los clientes puedan utilizar una tarjeta de débito respaldada por el oro o la plata depositadas significa que ambos metales van a poder ser utilizados como si fueran dinero en efectivo, desafiando al actual monopolio que mantiene la Reserva Federal estadounidense sobre el dinero.