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Tipos de interés y precios de la plata: una historia paralela

La evolución de los tipos de interés en los Estados Unidos durante los últimos dos siglos y la de los precios de la plata en los últimos 100 años muestran un significativo paralelismo, según explica en un interesante artículo el experto en metales preciosos Gary Christenson.

La línea seguida por los tipos de interés en EE UU durante los últimos 200 años muestra que los picos y las caídas se suceden en intervalos largos, de entre 20 y 40 años. Los picos más destacados tuvieron lugar en 1920 y 1981, mientras que las caídas más acusadas tuvieron lugar en 1946 (posguerra de la Segunda Guerra Mundial) y, probablemente, en este 2016 que está terminando, ya que los tipos actuales son los más bajos que se han registrado nunca.

Paralelamente, la evolución anual de los precios de la plata desde 1913 muestra una tendencia alcista clara, que va a continuar, en opinión de Christenson, mientras se siga incrementado la deuda en nuestro actual sistema de moneda fiduciaria.

Lo más importante es que ambas evoluciones, la de los tipos de interés y la de los precios de la plata, siguen tendencias similares, con picos y caídas en periodos de tiempo aproximados: los tipos de interés subieron en 1920, y los precios de la plata alcanzaron uno de sus máximos en 1919; lo mismo ocurrió en 1981 con los tipos, y 1980 con la plata. De igual forma, cuando cayeron los tipos de interés en 1946, la plata ya lo había hecho en 1932 y 1941. Y en la actualidad, coinciden un entorno de tipos de interés mínimos con la caída que sufrieron los precios de la plata en 2015.

En opinión de Gary Christenson, “los tipos de interés se elevaron entre 1946 y 1981, y cayeron durante 35 años, entre 1981 y 216. Los precios de la plata podrían subir durante las próximas décadas, al mismo tiempo que los tipos de interés, mientras el dólar sigue devaluándose, la plata se utiliza cada vez más para aplicaciones industriales, crece la demanda de los inversores y, tal vez, el mundo debería volver a un sistema monetario vinculado de forma más estrecha al oro o la plata”.

 

Devaluación del dólar

La progresiva devaluación del dólar desde comienzos del siglo XX constituye otro punto a favor de la posesión de metales preciosos como el oro o la plata. Como recuerda Christenson, durante los ocho años de la administración Obama, se duplicó el déficit total del Gobierno de EE UU, pasando de 10 a 20 billones de dólares.

Esto significa que, para combatirlo, la Reserva Federal pondrá más dólares en circulación, lo que contribuirá a un incremento generalizado de los precios de los productos más básicos, como el pan, la energía, la sanidad… o la plata.

“Cuando los ciudadanos se den cuenta de que el dólar no es una fuente de valor en la que se pueda confiar desde 1913, actuarán para proteger su bienestar y poder adquisitivo. El oro y la plata se comportan mucho mejor que los bonos, las sobrevaloradas acciones y las promesas de los políticos”, asegura el analista.

Por ello, tanto el oro como la plata son seguros frente al colapso de los mercados, la manipulación por parte de los gobiernos y los bancos centrales, o la progresiva devaluación de la moneda. Es un hecho que el dólar ha perdido el 98% de su valor en 100 años, mientras que tanto el oro como la plata, de media, lo han retenido.

Para Christensen, la continua devaluación del dólar, la pérdida de su condición de moneda reserva y la llegada de los estímulos masivos para el gasto podrían desembocar en una hiperinflación en los Estados Unidos. “La plata alcanzará precios increíbles en una situación de desastre. Nadie se puede alegrar de las consecuencias de la hiperinflación, pero poseer plata puede ayudar a mitigar el trauma”, asegura.

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