Escoltados por patrullas de Policía en su recorrido por la capital británica -no era para menos con tan codiciado cargamento- tres Porsche Panamera fueron los encargados de trasladar los lingotes de oro por valor de diez millones de libras esterlinas hacia su nuevo emplazamiento: la nueva bóveda de Hatton Garden, situada en el corazón del barrio de los joyeros.
En total, los tres vehículos transportaron 24 barras de oro de 300 kilos de peso, con las cuales se podrían comprar -como curiosidad- 84 unidades de estos súper coches de alta gama. La carga se repartió en partes iguales: 8 lingotes de 12,5 kilos -100 kg de oro- y un valor de 3,3 millones de libras para cada uno de los Porches, que estaban pintados en azul, rojo y blanco, en recuerdo a la bandera británica.
El traslado del oro se produjo el domingo 21 de enero, según informó el periódico Daily Mail. Hasta su llegada a la nueva bóveda subterránea de seguridad, los lingotes recorrieron los 12 millas de distancia por las calles de Londres que separaban a su nuevo destino, la bóvedad de Hatton Garden, de los muelles de East London, de donde partieron los lingotes de la refinería Baird & Co, la más grande de Reino Unido.
Los responsables de la refinería habían estipulado que cada uno de los vehículos debía transportar a cuatro adultos -el conductor, un operador de radio y seguridad especializada- y tener la capacidad de carga para albergar dos cajas de oro especialmente diseñadas para el traslado de este metal precioso, ya que cuando están llenas pesan más de 160 kg. Por su parte, Porsche destacó que, además de lo propuesto por Baird & Co, los coches también necesitaban ser rápidos para hacer un trayecto sin incidentes por Londres.
Con la seguridad como preocupación compartida en todos los que participaron en este traslado, la Policía tuvo su papel estelar cortando las calles y dando paso a los tres Porsche, que recorrieron sitios tan emblemáticos como el Tower Bridge, St Paul’s Cathedral, o el Puente de Waterloo. Curiosamente, la secreta ruta que tenían planeada para los Porsche tuvo que ser modificada, ya que en el Puente Blackfriars se estaba grabando una escena de la nueva película «Mission Impossible», con el actor Tom Cruise como protagonista.
