Las importaciones de oro de Turquía ascendieron en septiembre pasado a su nivel más alto en más de cuatro años, impulsadas por la fuerte demanda interna y el pujante sector de la joyería del país.
Según la agencia estatal de noticias Anadolu, las importaciones de oro en septiembre ascendieron a unas 39 toneladas, en comparación con las 2,15 toneladas del mismo mes del año pasado. El anterior aumento se produjo en 2018, cuando el país importó 44,2 toneladas de oro en un solo mes.
Los consumidores turcos recurren al oro como refugio contra la inflación, que se sitúa en septiembre en el 83,45% en base anual. Además, el oro es una materia prima muy importante para el pujante sector de la joyería turca.
La sólida demanda interna permite a los comerciantes de oro turcos ser competitivos en el exterior y se ofrecen primas, de hasta 100 dólares por onza por el oro en el mercado internacional, según señalan actores del sector.
Según señaló a la agencia de noticias un comerciante de oro de Estambul, “hay una demanda real de oro en Turquía, como muestran las cifras. Pero una de las mayores razones para una demanda tan alta es que el valor de la onza de oro en el mercado internacional es bastante barato en este momento”.
Ni siquiera los elevados impuestos, planteados como medida para contrarrestar el efecto negativo del oro importado en el déficit corriente de Turquía, han influido en el consumidor o el comerciante.
A pesar del aumento de los costes del oro, los consumidores seguirán comprando y comerciando si esperan que los precios suban aún más, y la demanda continúa, señalan los expertos.
Aunque Turquía planea alcanzar una producción de oro de 50 toneladas anuales para 2025, la oferta está lejos de satisfacer la necesidad.
El ministro turco de Hacienda y Finanzas, Nureddin Nebati, señaló que los hogares turcos acumulan unas 5.000 toneladas de oro sin registrar, en su mayoría en forma de joyas o monedas.