Ha sucedido de nuevo. Hace apenas dos semanas, King World News informó que un banco alemán se negó a devolver 1/2 tonelada de oro a un cliente. Dos semanas después, el periodista Andrew Maguire acaba de informar en KWN, desde Londres, que ahora un banco suizo simplemente se negó a devolver el oro de un cliente que la entidad supuestamente estaba almacenando.
Andrew Maguire informó en King World News que “durante los últimos meses hemos estado observando cómo los bancos suizos y alemanes imponen límites de efectivo y extracción de oro a los clientes. Actualmente, los bancos suizos están limitando la retirada de efectivo de los clientes entre 100 y 200 euros. Aunque la responsabilidad recae sobre los bancos individuales para decidir los límites de retirada de efectivo de sus clientes, recientemente se ha comprobado que estos límites se aplican de manera más estricta y los bancos están utilizando esto como una excusa para no devolver a sus clientes el oro depositado en sus bóvedas”.
Continúa el informador londinense: “Hace unas semanas llamábamos especialmente la atención sobre un banco alemán que se negaba a entregar 500 kilos del oro asignado físicamente a un cliente. En este caso, los 500 kilos solo representaban el 10 por ciento de las tenencias bancarias totales del cliente. La condición establecida era que el cliente primero tendría que depositar un valor igual de acciones, bonos o efectivo para liberar el oro. Tal condición sugería que el oro en realidad se mantenía en forma no asignada y era necesario comprarlo físicamente”.
Hay que tener en cuenta que desde las duras lecciones que los alemanes soportaron antes y después de la Segunda Guerra Mundial, se hizo común que los empleados alemanes eligieran que se les descontara dinero de sus salarios cada mes para invertir en cuentas físicas de oro. Esto continúa hoy. Lo que llamaba la atención de Maguire era el hecho de que un banco alemán se negaba a entregar el oro, y eso es un gran problema ya que amenaza con destruir potencialmente la confianza de millones de clientes que tienen oro en bancos germanos.
Pero después, saltó a la luz otro caso similar, esta vez en Suiza.
La pasada semana, una fundación del país helvético solicitó la entrega de sus 420 kilos de oro (que es casi 1/2 tonelada de oro). La solicitud fue rechazada por la entidad bancaria, hasta ahora señalada como una de las más serias de Europa.
Dicha entidad bancaria, para intentar dar solución inmediata a su cliente, la fundación, acudió a un conocido socio de bóveda con una oferta para comprar los kilobars directamente del banco a un precio comercialmente aceptable. Esta oferta debería haber sido aceptada inmediatamente, ya que hubiera sido rentable para el banco. Sin embargo, esta oferta también fue rechazada, y se pidió a la fundación que liquidara su cuenta de oro en efectivo. Es evidente que el oro de la fundación no estaba en manos del banco en forma asignada.
Posteriormente, Maguire tuvo acceso a la documentación suiza asignada “estándar” proporcionada a los clientes físicos. Para su sorpresa, estos acuerdos ya no incluían ningún número de barras, solo una declaración que resume el número de kilobars que posee el banco en nombre del cliente. Sin embargo, los costos de almacenamiento se cobran a la tasa más alta asignada.
Cuando se le preguntó por los números de barras, el representante del banco declaró:
“Ich komme nicht drauf wie man einen Auszug einer einzelnen Position erhält. Genügt Ihnen der gesamte letztmonatigen Depotauszug (siehe Anhang)?” Es decir:“No puedo entender cómo obtener un extracto de una sola posición. ¿Está satisfecho con el estado de depósito completo del mes pasado?”
¿Estamos hablando de un banco suizo que no tiene la capacidad de rastrear los números de barras individuales (esto es absurdo)? Esto debería hacer que cada depositante de oro suizo busque su entrega física.
Está claro que las tenencias de lingotes asignados suizos / europeos se deberían agrupar al menos bajo el cuidado del banco donde supuestamente están depositados. Además, ahora está absolutamente claro que no existen procedimientos de auditoría satisfactorios para garantizar que los lingotes físicos de los clientes estén donde deben estar.