Icono del sitio Oroinformación

Un cubo de oro macizo valorado en 10,7 millones de dólares decora Central Park

Cubo de oro diseñado por el artista Niclas Castello

El oro es un material apreciado universalmente desde hace siglos para la fabricación de joyas y objetos artísticos, gracias a sus características físicas como su maleabilidad, a su brillo y, sobre todo, a su escasez. Por ello, ha sido el metal elegido para la creación de una obra artística que se acaba de instalar en el Central Park de Nueva York.

La obra ha sido diseñada por el artista alemán Niclas Castello. Se trata de un cubo de oro de 24 quilates, de unos 60 centímetros de lado y cuyas paredes tienen un grosor de 63 milímetros.

Para fabricar el cubo se adquirieron 5.979 onzas troy (186 kilos), a un precio de 1.788 dólares la onza, por lo que la pieza está valorada en unos 10,7 millones de dólares.

El cubo está instalado en pleno Central Park, junto al emblemático Auditorio Naumburg Bandshell, que aparece en películas como ‘Desayuno con diamantes’, vigilado estrechamente por un equipo de seguridad.

La pieza fue fundida en Aarau (Suiza), en un horno que tuvo que ser especialmente construido para la ocasión, debido al tamaño de la pieza. Para fundir el oro se necesitó alcanzar una temperatura de más 1.100 grados centígrados.

Como parte de la ‘performance’, se ha emitido también un ‘token NFT’, un bien no fungible (no confundir con una criptomoneda) denominado ‘Castello Coin’ ($CAST), que puede adquirirse online a 0,44 dólares. Está previsto que se celebre una subasta el próximo 21 de febrero.

Según la información facilitada por el artista y los organizadores, la idea era crear algo que está más allá de nuestro mundo, algo intangible. El cubo representa una especie de nexo entre el ecosistema cultural emergente en el siglo XXI, basado en las criptomonedas, y el mundo antiguo en el que el oro era el rey.

“La pieza es un símbolo de estabilidad y resistencia. El oro, un metal muy raro y pesado, con una elevada densidad y extraordinarias propiedades físicas y químicas, ha desempeñado un papel fundamental en las civilizaciones más avanzadas, como un símbolo de la luz solar, por su resistencia a la corrosión y su capacidad para mantener el brillo dorado a lo largo del tiempo”, señala la nota de prensa.

Las reacciones a esta obra tan original no se han hecho esperar. Entre las principales críticas que se han vertido a través de las redes sociales está el derroche de dinero que supone esta obra, teniendo en cuenta las difíciles condiciones de vida de muchos neoyorquinos. También se ha criticado la extrema sencillez de la obra.

El artista Niclas Castello nació en 1978 en Neuhaus am Rennweg, en la entonces República Democrática Alemania. Está especializado en arte contemporáneo, especialmente arte callejero y pop-art.

Sus obras cuentan con una importante influencia de la caída del Muro de Berlín, en 1989 y del neoexpresionismo de Jean-Michel Basquiat. Actualmente trabaja y vive entre Nueva York y Suiza.

Salir de la versión móvil