Cuando fallece el rey Jorge V, el 20 de enero de 1936, todo el gran imperio británico saluda al nuevo monarca, su hijo, Eduardo VIII que tendría que regir los destinos del Reino Unido, la Commonwealth y la India durante muchos años. Pero tan solo reino hasta el 11 de diciembre del mismo año, ya que abdicaría por motivos sentimentales. Pero en esos 11 meses la Royal Mint ya había puesto en marcha su maquinaria y preparado la emisión de un soberano o moneda de 5 libras de oro con la efigie del nuevo monarca en anverso y el San Jorge y el dragón de Pistrucci en reverso, con fecha 1937. Ahora, esa moneda que no llegó a ver la luz, ha alcanzado la cifra de 2.280.000 dólares en una reciente subasta de la firma estadounidense Heritage Auctions.
Hace unos días se celebró en Dallas, Texas, Estados Unidos, la Subasta 3096 de la firma Heritage Auctions. Entre los lotes pertenecientes a Gran Bretaña destaco el 30339 consistente en una moneda soberano de oro de 5 libras, de las catalogadas como “patrón”, emitida en 1937 pero a nombre de Eduardo VIII que tan sólo reinó 11 meses en 1936.
La venta de la moneda estableció un récord mundial como la pieza británica más cara vendida en una subasta por 2.280.000 dólares, tras salir a puja con un precio inicial de 1.000.000 de dólares.
Tanto la rareza como la condición contribuyeron a su precio de subasta récord, según Cristiano Bierrenbach, vicepresidente ejecutivo de numismática internacional en Heritage Auctions: «El oro de 5 libras de Eduardo VIII es uno de los mayores premios de la numismática británica. Sin concesiones en términos de belleza y calidad, esta moneda es una de las menos de media docena que se cree que están en manos privadas«.
A pesar de los extensos planes que se hicieron para la producción de conjuntos de monedas conmemorativas de la coronación para su distribución a los coleccionistas y personas importantes del gobierno y la realeza británicas, la acuñación de Eduardo VIII fue finalmente interrumpida por su decisión de abdicar del trono para casarse con Wallis Simpson, una plebeya y divorciada estadounidense y sin embargo la mujer que amaba.
Los informes de 1936 muestran que se prepararon más de 200 troqueles para monedas, medallas y sellos y finalmente se destruyeron después de la fatídica decisión del rey Eduardo. Una carta sobreviviente intercambiada entre el duque de Windsor y su hermano y sucesor en el trono, Jorge VI, revela que incluso al propio Eduardo se le negó su solicitud de obtener un juego de estas monedas de la coronación.
Como curiosidad, indicar que el propio rey Eduardo VIII insistió en que el retrato del anverso mostrara su lado izquierdo, que él prefería, rompiendo la tradición de cada nuevo monarca mirando en la dirección opuesta a su predecesor. La moneda fue una de las seis preparadas por la Royal Mint cuando Eduardo se convirtió en rey en 1936 y debía producirse en masa para su circulación general a partir del 1 de enero de 1937.
La moneda fue acuñada en oro de 22 quilates y es un poco más pequeña y ligera que una moneda de una libra moderna, mide 22 mm de diámetro y pesa 7,98 gr.
De los seis ejemplares acuñados originalmente, cuatro están en museos e instituciones y dos son de propiedad privada.
Su existencia no fue ampliamente conocida hasta 1970, ya que piezas y troqueles fueron “encerrados” y no tratados como parte de la colección del museo de la Royal Mint, debido a la sensibilidad de la abdicación de Eduardo.