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El centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamón, en una onza de oro

Moneda de oro dedicada por la Perth Mint al centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamón

La Perth Mint australiana ha acuñado una moneda de oro conmemorativa del centenario del descubrimiento de la mítica tumba del faraón egipcio Tutankamón, en el Valle de los Reyes. La apertura de la tumba, intacta durante más de 3.500 años, por el equipo que encabezaba Howard Carter, atrajo el interés mundial hacia la civilización del antiguo Egipto.

En estos días se han cumplido 100 años desde que el arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter y su equipo descubrieran la tumba del faraón Tutankamón. Un sensacional descubrimiento que despertó un nuevo interés masivo por el antiguo Egipto, y cuya historia sigue siendo una fuente de fascinación un siglo después.

La historia resulta fascinante, ya que el lugar de descanso de Tutankamón no había sido tocado por los ladrones de tumbas, que habían saqueado y despojado de sus tesoros muchos otros enterramientos a lo largo del Valle de los Reyes, en Egipto. Sin embargo, la tumba de Tutankamón había permanecido intacta durante 3.500 años y los arqueólogos descubrieron, junto con el cuerpo momificado del faraón, sus fabulosos tesoros de oro.

La Perth Mint, responsable del diseño y acuñación de una moneda de oro conmemorativa de semejante efeméride, recuerda en la información facilitada con motivo del lanzamiento de la pieza que la extraordinaria historia de Tutankamón y la revelación de sus inestimables objetos estuvieron a punto de perderse para siempre.

Se sabía muy poco de la historia de esta enigmática figura y había buenas razones para el misterio que rodeaba su vida. Tutankamón, una figura relativamente menor que gobernó durante un breve periodo de tiempo entre los nueve y los 19 años, fue probablemente el hijo de Akenatón. Su padre provocó un tumulto en Egipto con sus impopulares reformas religiosas, lo que llevó a las dinastías futuras a borrar el vilipendiado nombre de la familia de los registros.

La pérdida de estos registros supuso que también desaparecieran los detalles de sus tumbas. La entrada al lugar de enterramiento de Tutankamón quedó posteriormente enterrada bajo los restos de excavación de la tumba de un faraón posterior, Ramsés VI, ocultando su existencia durante milenios, pero también preservando la tumba.

A principios de la década de 1920, Howard Carter ya había pasado seis temporadas sin éxito buscando en el famoso Valle de los Reyes de Egipto. Su patrocinador, Lord Carnarvon, aceptó financiar un último año de trabajo después de que la mayoría de expertos hubiera concluido que la zona estaba agotada.

El 4 de noviembre de 1922, tras la retirada de varias cabañas de piedra, un muchacho local empleado para transportar agua se percató de la existencia de un escalón excavado en la roca. Un día más tarde, después de haber despejado otros 11 escalones hasta llegar a una puerta sellada, Carter se sintió lo suficientemente seguro como para declarar “que se trataba realmente de la entrada a una tumba, y por los sellos, según todas las apariencias, estaba intacta”.

Más allá de la puerta había un pasillo sellado con una segunda puerta en su extremo. En un primer momento, Carter abrió un pequeño agujero y, con la ayuda de la luz de una vela parpadeante, se asomó a la habitación que había más allá, revelando “su extraña y maravillosa mezcla de extraordinarios y bellos objetos amontonados unos sobre otros”.

Moneda conmemorativa

La Perth Mint, Casa de la Moneda de Australia Occidental, ha aprovechado la celebración del centenario de este descubrimiento arqueológico para acuñar una moneda conmemorativa, en una onza de oro del 99,99% de pureza, calidad proof.

La moneda mide 32,60 milímetros de diámetro y 2,95 de grosor, con el canto estriado. Ha sido acuñada en nombre de Tuvalu, una pequeña nación del Pacífico y su valor facial es de 100 dólares tuvalenses.

En su anverso, la pieza presenta el retrato de la difunta reina Isabel II, realizado por Ian Rank-Broadley, utilizado habitualmente por la Perth Mint. A su alrededor figuran el nombre de la soberana, el país emisor, el valor facial de la pieza, el peso y la composición de la misma.

El reverso, obra de la diseñadora Nastasha Muhi, muestra la imagen coloreada de la famosa máscara de oro de Tutankamón, realizada a partir de una fotografía oficial, con incrustaciones en pasta de vidrio azul.

En la parte izquierda aparecen algunos jeroglíficos hallados en las paredes de la tumba y, en la derecha, el cartucho con el nombre del faraón en la escritura utilizada en el antiguo Egipto.

La emisión está limitada a apenas 250 unidades, que solo se venderán en el territorio nacional australiano.

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