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Una moneda de oro prueba la existencia real de un emperador romano que se creía ficticio

Moneda de oro de Esponsiano

Una moneda de oro hallada en Transilvania (Rumanía) en 1713 y que estaba guardada en un armario de un museo de Escocia ha resultado ser una prueba clave para demostrar la existencia real del emperador romano Esponsiano, un personaje que había sido eliminado de los libros de historia al ser considerado como un personaje ficticio.

Una antigua moneda de oro ha sido la prueba definitiva que confirma que un emperador romano del siglo III que había sido borrado de la historia como un personaje ficticio, en realidad existió, según una información difundida por BBC News.

La moneda es un áureo que lleva el nombre de Esponsiano y su retrato de perfil, fue encontrada hace más de 300 años en Transilvania (en la actual Rumanía), un remoto puesto fronterizo del Imperio Romano.

En su momento, los investigadores dudaron de su autenticidad y se guardó en un armario del Hunterian Museum de la Universidad de Glasgow (Escocia). Pero ahora, los científicos afirman haber encontrado señales de rasguños visibles bajo el microscopio que demuestran que la moneda estuvo en circulación hace unos 2.000 años.

El profesor Paul Pearson, del University College London, que dirigió la investigación, señaló a la BBC que “lo que hemos encontrado es un emperador. Fue una figura que se creyó que era ficticia y descartada por los expertos. Pero ahora creemos que fue real y que tuvo un papel en la historia”.

La moneda en cuestión se encontraba entre un pequeño tesoro descubierto en 1713. Se creyó que se trataba de una moneda romana genuina hasta mediados del siglo XIX, cuando los expertos sospecharon que pudo haber sido acuñada por falsificadores de esa época, debido a su tosco diseño.

En 1863, Henry Cohen, el máximo experto entonces de la Biblioteca Nacional de Francia, consideró la inclusión de la pieza en su gran catálogo de monedas romanas. Pero declaró que no sólo eran falsificaciones “modernas”, sino mal hechas y “ridículamente imaginadas”. Otros especialistas estuvieron de acuerdo con Cohen y hasta el día de hoy, Esponsiano ha sido excluido de los catálogos académicos.

No obstante, el profesor Pearson sospechó lo contrario cuando vio fotografías de la moneda mientras hacía investigaciones para un libro sobre la historia del Imperio Romano. Pudo ver rasguños en la superficie que pensó que pudieron haber sido producidos cuando la moneda estuvo en circulación.

Se puso en contacto con el Museo Hunterian de la Universidad de Glasgow, donde la moneda estaba guardada en un armario junto con otras tres del tesoro original, y solicitó trabajar con los investigadores de esa institución.

Pearson y el equipo de la universidad escocesa examinaron las cuatro monedas bajo un poderoso microscopio y confirmaron que en realidad eran rasguños habituales en las monedas que se golpeaban contra otras dentro de un monedero.

Un análisis químico también demostró que las piezas habían estado enterradas en el suelo durante cientos de años, según Jesper Ericsson, conservador numismático del museo y que colaboró con el profesor Pearson en el proyecto.

¿Quién era Esponsiano?

La tarea de los investigadores ahora era contestar quién era el emperador que acababan de redescubrir. Los expertos creen que era un comandante militar que se vio forzado a coronarse emperador de Dacia, la provincia del Imperio Romano más remota y difícil de defender.

Los estudios arqueológicos han establecido que Dacia quedó separada del resto del imperio alrededor del año 260 de nuestra era. Había una pandemia, también una guerra civil y el imperio se estaba fragmentando.

Rodeado de enemigos y desconectado de Roma, Esponsiano probablemente asumió el comando supremo durante un periodo de caos y guerra civil, protegiendo a la población militar y civil de Dacia hasta que el orden se restableciera y la provincia fuera evacuada entre 271 y 275 d. C.

Según Jesper Ericsson, “nuestra interpretación es que estuvo encargado de mantener el control del ejército y de la población civil porque estaban rodeados y completamente aislados. Para poder crear una economía funcional en la provincia, decidieron acuñar sus propias monedas. Esta teoría explicaría por qué las monedas son diferentes a las acuñadas en Roma.

Para el profesor Pearson, “es posible que no hubieran sabido quién era el entonces emperador porque había una guerra civil. Pero lo que necesitaban era un comandante militar supremo ante la ausencia de un poder real de Roma. Esponsiano asumió el mando durante un periodo en que era necesaria la autoridad”.

Una vez que los investigadores determinaron que las monedas eran auténticas y que habían descubierto lo que pensaban que era un olvidado emperador romano, alertaron a los expertos del Museo Brukenthal de Sibiu (Transilvania, Rumanía), que también tiene una moneda de Esponsiano.

Esta moneda forma parte de un legado del barón Samuel von Brukenthal, el gobernador Habsburgo del Gran Principado de Transilvania. El barón estaba estudiando la moneda cuando murió y, según la leyenda, lo último que hizo fue escribir una nota que decía “genuina”.

Los especialistas del Museo Brukenthal habían clasificado la moneda como una falsificación histórica, como el resto de los expertos. Pero cambiaron de opinión después de ver la investigación hecha en el Reino Unido.

El descubrimiento resulta de especial interés para la historia de Transilvania y Rumanía, según el administrador interino del Museo Nacional Brukenthal, Alexandru Constantin Chituță: “es trascendental para la historia de Transilvania y Rumanía en particular, pero también para la historia de Europa en general. Si estos resultados son aceptados por la comunidad científica, significarán la incorporación de otra figura importante a nuestra historia”.

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