Según el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social la nómina mensual de pensiones contributivas de la Seguridad Social superó el umbral de los nueve mil millones de euros (9.009.812) el pasado 1 de junio. El incremento interanual se sitúa en el 3%.
En nota de prensa del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social se recoge un extracto del Informe publicado hoy lunes 25 de junio en el que se comunica que la pensión media de jubilación asciende a 1.083,67 euros, lo que representa un aumento del 1,93% respecto al año pasado. La pensión media del Sistema, que comprende las distintas clases (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares), alcanza los 937,19 euros mensuales, lo que supone un aumento interanual del 1,84%.
En cuanto a las nuevas altas, la pensión media de jubilación (en mayo) es de 1.369,28 euros, lo que supone un descenso del 2,61% respecto al mismo mes del año anterior.
El conjunto del Sistema público supera los 9,6 millones de pensiones contributivas (9.613.641), un 1,13% más respecto al año pasado. Más de la mitad, 5.919.154 concretamente, son por Jubilación; 2.359.486 corresponden a Viudedad; 952.456 a incapacidad permanente; 340.797 a orfandad y 41.748 a favor de familiares.
El número de pensiones avanzó en junio un 1,13% respecto al mismo mes de 2017, hasta 9.613.641 pensiones, nuevo récord del sistema.
La edad media del pensionista contributivo es de 72 años (73 en las mujeres y 70 en los varones). La mayor parte de las pensiones contributivas que paga la Seguridad Social se concentran en los tramos de mayor edad, dado que el grueso de las pensiones son de jubilación.
Por otra parte, uno de cada cinco españoles, el 21,6% de la población, se encuentra en situación de pobreza y vive con menos de 8.522 euros al año, frente a los 11.074 que perciben de media el resto de habitantes. Los ingresos medios anuales de un hogar español son de 27.558 euros, con datos de 2017, tras aumentar el 3,1 % respecto al año anterior, según la encuesta de “Condiciones de Vida” del Instituto Nacional de Estadística (INE), que refleja una mejoría en casi todos los indicadores de pobreza, si bien se han incrementado los porcentajes en los jubilados mayores de 65 años. Es decir, uno de cada seis jubilados no llega a fin de mes y la pensión recibida es totalmente insuficiente.
Si además del aumento de la población de jubilados en España se le añade el que la tasa bruta de natalidad se ha reducido a mínimos de los últimos 40 años, el resultado a futuro de las pensiones es poco esperanzador.
En total, en 2017 nacieron en España 391.930 niños, el mínimo desde 1999, situando la tasa bruta de natalidad en 8,4 nacimientos por cada mil habitantes, la cifra más baja desde 1975, según informaciones del último estudio publicado por el Instituto Nacional de estadística.
Pero hay otro dato del INE que hecha más leña al fuego a las expectativas de futuro y es que en 2017 se registraron 31.245 defunciones más que nacimientos.
Durante 2017 fallecieron en España 423.643 personas, un 3,2 por ciento más que en 2016, y el máximo desde 1941, en plena posguerra civil, con una tasa bruta de mortalidad de 9,1 defunciones por cada mil habitantes.
El INE ya ha advertido de que la población española se reducirá en más de cinco millones en los próximos 50 años, tras un 2015 que fue el primero en registrar más defunciones que nacimientos desde que comenzaron los registros.
Por tanto, el futuro del estado del bien estar queda en entredicho habida cuenta del envejecimiento paulatino de la población, el escaso aumento de los nacimientos y la merma de ingresos que sufre la Seguridad Social.
¿Quién garantiza, por tanto, el deficitario sistema de pensiones? ¿Para qué sirve el Pacto de Toledo? Estas preguntas aún no tienen respuesta a nivel gubernamental, pues el nuevo ejecutivo socialista de Pedro Sánchez ha llegado a la Moncloa por sorpresa, aupado por el conglomerado de partidos extremistas, antisistema e independentistas con un único interés común. Logrado el objetivo ahora solo queda lo de solucionar el futuro de las pensionas, aunque la ciudadanía intuye que no va a ser una prioridad.
“El oro, bien instrumentalizado, es un medio ideal para procurar el ahorro de cara la jubilación, ya que es el único activo que permite mantener el poder adquisitivo del dinero que se deposita en él y, por tanto, constituye la mejor solución para el problema que se va a plantear dentro de no mucho tiempo con las pensiones de jubilación”, decía recientemente Gabriel Ruiz Ramírez, presidente de la Sociedad Española de Metales Preciosos de Inversión, en una conferencia pronunciada en el Círculo de Empresarios de Galicia, en Vigo.
No cabe duda que, entre las posibles soluciones, la búsqueda de un futuro esperanzador, con el poder adquisitivo asegurado, pasa por depositar parte de nuestro dinero en un activo como el oro, que garantiza la misma capacidad de compra, transcurrido el tiempo, que cuando se depositó.