Dos venezolanos acusados de introducir de contrabando en Estados Unidos cerca de 5 millones de dólares en lingotes de oro en un avión privado al sur de Florida, han llegado a acuerdos de declaración de culpabilidad con los fiscales federales norteamericanos para obtener penas de prisión leves junto con la deportación inmediata a Venezuela.
El piloto Víctor Fossi Grieco, de 51 años, se declaró culpable de conspirar para transportar 2.700 onzas de oro, escondidas en el morro del avión, hasta el Aeropuerto Ejecutivo de Fort Lauderdale. Fue sentenciado al tiempo que ha cumplido en prisión mientras estuvo detenido desde su arresto en septiembre.
El otro venezolano y pasajero, Jean Carlos Sánchez Rojas, de 42 años, se plantea declararse culpable del mismo cargo a fines de esta semana y se espera que reciba un castigo similar de la jueza de ese distrito estadounidense, Cecilia Altonaga.
El gobierno de los Estados Unidos que requisó los lingotes de oro se quedará con ellos.
Tanto el fiscal federal adjunto Michael Berger como el abogado defensor Michael Rosen declararon al “Miami Herald” que el piloto fue contratado para transportar el oro ilegalmente fuera de Venezuela sin declararlo en los Estados Unidos, pero dijeron que no había nada malo en la conspiración con su compañero.
Berger declaró que el colapso económico de Venezuela, impulsado por una moneda sin valor y la hiperinflación, ha fomentado un mercado de oro en el mercado negro para generar dólares estadounidenses para pagar las necesidades cotidianas, como alimentos y medicinas. El fiscal dijo que “el piloto y el socio estaban transportando en secreto el oro por una tarifa, pero se negó a decir quién suministró las barras para el envío venezolano al sur de Florida”.
El abogado defensor de Fossi, Rosen, le dijo al juez que «el oro no tenía nada que ver con ningún funcionario de Venezuela«, y agregó que “el envío era un trato privado«.
Como parte de una importante ofensiva contra el gobierno socialista en Venezuela, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha sancionado a su compañía de oro estatal.
Venezuela es rica en metales preciosos, pero debido a que la industria del oro de la nación está controlada por el gobierno y las bandas criminales del presidente Nicolás Maduro, pocas compañías estadounidenses lo comprarán. Eso significa que los vendedores deben encontrar otras formas de acceder al lucrativo mercado del oro de Estados Unidos, como falsificar documentos que indiquen que el oro se extrajo legalmente en países vecinos como Colombia.
Miami se ha convertido en un centro de contrabando para ese «oro de sangre» extraído ilegalmente que es comprado por las refinerías estadounidenses y termina en joyas y dispositivos electrónicos vendidos por compañías que aparecen en la lista de Fortune 500 a consumidores estadounidenses desprevenidos.
En el último caso de contrabando de oro, Sánchez y Fossi fueron detenidos el 20 de septiembre en el Aeropuerto Ejecutivo de Fort Lauderdale después de volar desde Caracas, Venezuela. Los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos vieron remaches sueltos en el compartimento del morro del avión e investigaron más a fondo. El oro estaba escondido debajo de un panel de metal dentro de dicho morro, según una declaración jurada criminal.
Después de ser detenido, Sánchez dijo a los agentes federales que “obtuvo el oro de múltiples fuentes en Venezuela y que planeaba venderlo en los Estados Unidos, según la declaración jurada”.
También declaró que estaba trabajando para una «organización [que] previamente había realizado con anterioridad labores de contrabando de oro en los Estados Unidos» y que esperaba recibir una compensación económica.