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Venezuela se sigue aprovechando del oro que los nazis incautaron a los judíos

Lingote de oro con la marca del III Reich

Parte del oro que el Gobierno de Venezuela está vendiendo a países como Turquía, Emiratos Árabes Unidos o, más recientemente, Uganda, tiene un pasado muy oscuro. Se trata de lingotes fundidos por los nazis con el oro que incautaron a los judíos durante el Holocausto y que, tras circular por medio mundo (incluyendo España), ha ido a parar a Sudamérica.

En un interesante artículo publicado por Jaime Aznar Auzmendi, doctor en Historia, en la edición española del Huffington Post, el autor afirma que una parte de los lingotes de oro con que cuenta Venezuela proceden de la época de la Segunda Guerra Mundial cuando los aliados los utilizaron como pago del carburante que consumían sus fuerzas armadas y los nazis exiliados en Sudamérica los utilizaron para sufragar su retiro.

Según Aznar, “durante la ocupación de Europa los nazis saquearon las riquezas de los pueblos subyugados. Objetos de valor como anillos, pendientes o prótesis dentales acabaron en las cecas del Tercer Reich. Las incautaciones, incluyendo las realizadas en los campos de exterminio, alcanzaron las 735 toneladas de oro.

Al concluir la contienda, uno de los objetivos del Departamento de Estado de EEUU fue la recuperación de este oro, para lo que se creó, junto a Gran Bretaña y Francia, la llamada Comisión Tripartita para la Restitución del Oro Monetario. Un organismo que no logró cumplir el objetivo.

Esta tarea de recuperar el oro robado por los nazis también fue emprendida por otras organizaciones, como el Centro Simon Wiesenthal, dedicado a rastrear a los criminales de guerra nazis.

Como explica en su artículo Jaime Aznar, fue este centro el que tuvo acceso a los archivos del Banco de España entre 1936 y 1945, descubriendo que parte del oro incautado a los judíos por los nazis pasó por nuestro país, por varias vías: mediante las compras realizadas por el Instituto Española de Moneda Extranjera a varios bancos suizos y como pago por las exportaciones de wolframio español, un mineral muy valioso en tiempos de guerra, que los nazis utilizaban para blindar los vehículos de combate.

Precisamente, las exportaciones de wolframio por parte de España al III Reich provocaron una importante crisis con los aliados, que presionaron a Franco para que dejara de proporcionar este mineral a los nazis.

Aunque, en teoría, el oro nazi del Banco de España fue entregado a las autoridades británicas en 1945, junto con el que estaba depositado en la embajada alemana en Madrid, Aznar sostiene que muchos años después, en 2001, aparecieron en las cámaras acorazadas del banco central un total de 38 lingotes con la esvástica grabada.

Oro nazi en Venezuela

Al margen de esta parte del oro nazi que recaló en España, una parte importante del oro incautado por los nazis a los judíos acabó en Sudamérica, transportado por antiguos oficiales que se exiliaron allí tras la guerra, gracias a la red ODESSA. Los prófugos nazis en Paraguay y Argentina hicieron llegar parte de ese oro a Venezuela.

Por otro lado, el resto del oro acabó en las cámaras acorazadas estadounidenses, como pago de los créditos concedidos en la posguerra a Gran Bretaña para su recuperación económica, que terminaron de pagarse en 1957.

Ese oro fue utilizado más adelante por los Estados Unidos para pagar el combustible venezolano que abastecía a las fuerzas armadas estadounidenses durante la Guerra Fría, por lo que las cámaras acorazadas del Banco Central de Venezuela acabaron acaparando gran parte del oro de los nazis.

Aznar sostiene que ahora, las operaciones realizadas por el Gobierno de Nicolás Maduro con Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Uganda, han servido para “blanquear” ese oro robado a los judíos por el III Reich.

Según testigos que han visto los lingotes de oro entregados por Venezuela, citados por el periódico The Jerusalem Post, habían sido fundidos en los años 40 y las marcas habían raspadas para evitar que se identificara su origen.

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