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Ya se puede reciclar el oro de la basura electrónica sin necesidad de usar cianuro

El progresivo declive de la producción mundial de oro, que se va a acentuar durante los próximos años según las previsiones de la propia industria, hace imperativa la búsqueda de nuevas fuentes de suministro del metal. Además de los nuevos yacimientos que se encuentren, el reciclaje de oro y otros metales preciosos de la cada vez más abundante chatarra electrónica puede convertirse en una importante aportación a las cifras anuales.

En el primer semestre de 2017 se han obtenido un total de 622 toneladas de oro procedentes del reciclaje, 311 en cada uno de los dos trimestres. Una cantidad aceptable, aunque un 1% menos que la que se obtuvo en el primer semestre de 2016. Y es que el año pasado fue especialmente productivo en términos de reciclaje de oro: 343 toneladas en el primer trimestre, 341 en el segundo y 315 en el tercero.

A pesar de la ligera desaceleración de esta primera mitad de 2016, lo cierto es que la cantidad tiende a incrementarse en cada trimestre, algo positivo si tenemos a la vista que dentro de unos años va a ser necesaria su aportación mensual a la producción mundial de oro.

El hecho es que la mayor digitalización de nuestras vidas y el hecho de que la obsolescencia programada, o la simple evolución de los artículos tecnológicos reduzcan su vida útil, provoca que cada vez se produzca mayor cantidad de chatarra electrónica. Unos residuos que contienen oro, plata y muchos otros metales valiosos que merece la pena recuperar.

Las propiedades físicas del oro (conductividad, maleabilidad y ductilidad) lo hacen un elemento apropiado para la fabricación de microchips, por ejemplo. El problema es que la pequeña cantidad de este metal que se utiliza en cada aparato electrónico hace replantearse la eficiencia económica de su recuperación. En otras palabras: ¿resulta económicamente rentable invertir en el recicla de oro procedente de la chatarra tecnológica?

Por otro lado, en esta ecuación hay que insertar otra variable: la medioambiental. Los métodos utilizados hasta ahora para la extracción de oro de esta chatarra se sirven de elementos químicos altamente tóxicos y contaminantes como el cianuro, usado también por las compañías mineras para aislar el oro del mineral que lo rodea. Una circunstancia que ha dado lugar a no pocos quebraderos de cabeza de las mineras por la oposición de las comunidades en las que se asientan las explotaciones al uso del cianuro en las explotaciones.

Pues bien, según informa el blog Gainsville News, una empresa de Vancouver (Canadá) llamada EnviroLeach Technologies, ha desarrollado un nuevo método para recuperar los metales preciosos de la chatarra electrónica que prescinde del uso de sustancias tóxicas como el cianuro, usado desde el siglo XIX para la extracción del oro.

En lugar de estas sustancias, la compañía canadiense utiliza un procedimiento patentado que requiere tan solo de agua y algunos compuestos químicos no corrosivos, por lo que el reciclado tiene un menor impacto medioambiental y no afecta a la salud pública.

EnviroLeach está construyendo una planta de reciclaje en Coquitlam (Columbia Británica, Canadá) donde procesará toneladas de aparatos electrónicos para extraer el metal precioso que contienen. La planta tendrá capacidad para procesar hasta 10 toneladas diarias de material y se espera que entre en funcionamiento a finales del cuarto trimestre de 2017.

Como explicó muy gráficamente a la prensa el presidente y CEO de la compañía, Duane Nelson, “la solución química que utilizamos es tan inofensiva que se puede meter la mano en ella o incluso beberla”.

Este nuevo método de extracción tiene potencial más allá del reciclaje, ya que todavía hay parte de la industria minera (alrededor de un 10%) que utiliza el método del lavado o lixiviación para separar el oro del resto de mineral. Un método utilizado desde 1870, para el cual se necesita cianuro.

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