El banco central de Zimbabue ha anunciado que permitirá exportar una parte del oro a las grandes compañías mineras que lo extraen en el territorio de este país africano. La medida supone relajar en parte el control que en los últimos años había ejercido el Gobierno del país sobre la industria del oro, y que había provocado enfrentamientos con algunas compañías con intereses allí.
El Banco de la Reserva de Zimbabue autorizará a las grandes compañías mineras que operan en el territorio de este país a que exporten una parte del oro extraído, lo que supone relajar el control ejercido por el Gobierno sobre esta industria, según informa Reuters citando a funcionarios del país.
En los últimos tiempos, Fidelity Printers and Refiners (FPR), una empresa estatal dedicada al refinado de oro y la impresión de dinero, era el único comprador de la producción de metal precioso procedente del subsuelo de Zimbabue. Sin embargo, diversos problemas económicos le han impedido cumplir con los pagos estipulados a los productores.
Por ello, desde el Banco de la Reserva de Zimbabue, su director de control de mercados, Farai Masendu, ha emitido una circular en la que autoriza a las compañías mineras que incrementen su producción de oro por encima de su media mensual, a que exporten directamente ese exceso de metal.
Según Masendu, “esto les permitirá [a las compañías mineras] a asegurarse financiación en forma de préstamos de oro, para incrementar su producción del metal”.
Por su parte, el banco central del país tiene previsto acometer una reforma en la propia Fidelity Printers and Refiners, dividiéndola en dos compañías separadas y vendiendo un porcentaje mayoritario de las acciones de la nueva refinería de oro a las compañías mineras que operan en Zimbabue.
Según denuncia el Gobierno de Zimbabue, cada año se exporta de forma ilegal oro por valor de más de 1.200 millones de dólares. La mayoría del metal precioso que se extrae en el país lo hacen pequeñas compañías artesanales, quienes culpan al propio Gobierno del contrabando, acusándole de pagar precios muy bajos y de que Fidelity Printers and Refiners tarda mucho en pagarles por el oro.