Los analistas e inversores están a la espera de las decisiones que tome la Reserva Federal estadounidense, la Fed, en su reunión de julio, que tendrá lugar este miércoles, con el oro habiendo tocado máximos anuales el lunes, para luego retroceder el martes.
Es cierto que la debilidad del dólar y la revuelta situación política en Estados Unidos han mejorado las expectativas de los analistas, aunque permanecen a la espera de la decisión de la Fed para ver hacia dónde se decanta y si favorece al oro, aunque también es cierto que se trata de una reunión mensual, por lo que puede ocurrir que los inversores no logren mucha información del banco central, al no producirse una declaración de política monetaria trimestral.
A las 09:25 GMT del lunes, 24 de julio, el oro al contado se situaba en 1,256.36 dólares la onza (un 0,2% más), tras tocar los 1,257.18 US$ la onza más temprano, su nivel más alto desde el 26 de junio. Asimismo, los futuros del oro en Estados Unidos ganaban un 0.1%, a 1,256.40 dólares la onza. El martes, el oro al contado caía a 1,250.73 dólares la onza a las 11:32 GMT, cerca de su nivel de la sesión previa de 1,258.79US$.
La debilidad de la divisa estadounidense hace que el oro, que cotiza en dólares, sea más barato para los inversores de otras monedas, lo que suele traer parejo un aumento de la demanda.
Con el dólar en descenso y sin resolverse cuestiones de la política de EEUU como el posible apoyo o no de Rusia en la campaña presidencial estadounidense -se investiga si a favor del actual presidente Donald Trump-, lo cierto es que no se espera un inminente vuelco de la situación, con un Gobierno incapaz actualmente de impulsar el crecimiento económico.
Con este panorama, la Fed podría no apostar por la subida de tasas de interés, una medida que ralentizaría el ya de por sí lento crecimiento. Mientras tanto, el oro subió más de un 2% la pasada semana.
