Los mínimos de seis meses que el precio del oro ha registrado en los últimos días han puesto nerviosos a muchos inversores y analistas, con unas predicciones catastrofistas que están fuera de lugar. Hay que tener en cuenta que, a pesar de que el oro cotiza muy por debajo de los 1.351 dólares la onza que llegó a alcanzar el pasado mes de abril, su precio es casi 30 dólares superior al que tenía a estas alturas de 2017. Además, diversos analistas están valorando la incidencia que otros factores pueden tener en el futuro del precio del oro, y que lo pueden devolver a los niveles de los que ha disfrutado este año.
El pasado jueves, 21 de junio, el oro cerró a 1.266,15 dólares la onza en la London Bullion Market Association (LBMA), mientras que a primera hora del 22 de junio, el precio spot rondaba los 1.270 dólares.
A título comparativo, el 21 de junio de 2017 el oro estaba a 1.242,50 dólares la onza, alrededor de 30 dólares menos que los niveles actuales. Es decir, que no se puede decir que haya sufrido un desplome preocupante para los inversores. Sí es cierto que ya no disfruta del buen momento que ha atravesado en varios momentos del primer semestre del año y que lo llevaron a superar incluso la barrera de los 1.350 dólares la onza, un precio que no se había visto hace años.
[Lea aquí las últimas previsiones sobre el oro de RBC Capital Markets]
En cualquier caso, las previsiones de analistas como los de RBC Capital Markets sirven para alejar las dudas que pudieran albergar los inversores en oro más conservadores. Según el banco de inversión canadiense, las subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal no son definitivas de cara al precio del oro, sino que éste comenzará a subir de nuevo el año que viene, en cuanto los inversores comiencen a tomarse en serio las incertidumbres que rodean a los mercados.
La teoría de que las subidas de tipos de interés son negativas para el precio del oro tiene fundamento, aunque para el analista de commodities de RBC, Christopher Louney, estas subidas tan solo son un obstáculo, no el principal factor que influye en la evolución de la cotización del metal: “aunque la Reserva Federal siga subiendo los tipos de interés durante este año y el próximo, el precio del oro puede crecer, movido por otra serie de factores que también entran en juego”.
Desde el banco canadiense creen que la Fed subirá los tipos otras tres veces en lo que queda de año, y cuatro más el año que viene. Según Louney, la última subida de tipos de este mes de junio aún no ha sido descontada por los mercados, lo que podría provocar que el precio del oro baje aún más hasta final de año. Sin embargo, 2019 se presenta mucho mejor para el metal.
“En nuestra opinión, el oro promediará los 1.307 dólares la onza en 2018 y lo 1.351 dólares en 2019. Existen una serie de factores en contra que van a influir, como los altos precios de las acciones, la apreciación del dólar y las subidas de tipos de interés. Pero solo son unos factores”, asegura el analista.
Existen también otros factores que juegan a favor del oro y que lo pueden conducir hasta los 1.351 dólares la onza, un nivel del que ya ha disfrutado durante este año. Entre estos factores está la incertidumbre en los mercados y el incremento del riesgo geopolítico.
En particular, los mercados van a comenzar a tomarse muy en serio la incertidumbre global a partir del próximo año, lo que supondrá un importante cambio de tendencia, ya que los acontecimientos geopolíticos que se han sucedido a lo largo de este año apenas han tenido impacto en el precio del oro, ya que no han preocupado excesivamente a los traders.
Muy diferente será lo que suceda el año que viene, con los efectos que pueda tener la guerra comercial entre Estados Unidos, por un lado, y China, Rusia, Canadá, México y la Unión Europea, por otro.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que las inversiones en oro físico son muy aconsejables a medio y largo plazo, por lo que los inversores deben tener paciencia.