El panorama político internacional ha entrado en un estado de agitación en el último año, con múltiples focos: la escalada verbal entre EEUU y Corea del Norte, la posible guerra comercial con China, la vuelta de la guerra fría, bombardeos en Siria… Detrás de todos estos puntos de conflicto se encuentra la administración Trump, cuya política exterior se está convirtiendo en una firme aliada del mercado del oro, cuyo precio sube en tiempos de inestabilidad.
En la última edición del informe Precious Metals Weekly, la consultora especializada en metales preciosos Metals Focus analiza el impacto que la política de la administración Trump ha tenido en el mercado del oro de uno de los tradicionales puntos de conflicto mundiales: Oriente Próximo.
Según el informe de la consultora, el precio del oro en dólares se ha mantenido entre los 1.302 y los 1.365 dólares la onza durante la mayor parte del año. Aunque la incertidumbre geopolítica se mantiene, el temor a una escalada nuclear por parte de Corea del Norte parece haber recedido. Y, como señalan los analistas, en casos de crisis geopolíticas, el oro reacciona con una importante subida, antes de retroceder a los niveles anteriores.
“Sin embargo, esta tendencia no siempre refleja la evolución del precio del oro en otras divisas diferentes al dólar”, advierten desde Metals Focus. Es el caso de Oriente Próximo, donde en países como Irán, Turquía y Egipto se han registrado precios récord, debido a que los acontecimientos geopolíticos y la crisis económica han provocado una devaluación de las monedas.
En el caso de Irán, por ejemplo, los nombramientos de dos políticos de perfil más agresivo para los puestos de secretario de Estado y de asesor de Seguridad Nacional por parte de la administración Trump han incrementado el riesgo geopolítico, a lo que también han contribuido las recientes advertencias del presidente estadounidense sobre la reforma del acuerdo nuclear EEUU-Irán.
A ello se une el alto nivel de desempleo (23%), que ha provocado una oleada de protestas. En este escenario, la divisa iraní, el rial, ha sufrido una fuerte depreciación con respecto al dólar: en abril de 2017, la paridad era de 37.000 riales/dólar; en enero pasado, era de 47.000 riales/dólar; y a mediados de abril subió hasta un máximo histórico de 60.000 riales/dólar.
Esta situación ha provocado una sensación de inseguridad y falta de confianza en la economía iraní por parte de los ciudadanos, que se han lanzado a comprar dólares y, a pesar de la subida de precio en divisa local, oro, especialmente en forma de monedas. Como consecuencia, ha crecido la demanda de oro como valor refugio, en vez de la venta del mismo para obtener beneficio, como habría sido lógico en otras circunstancias.
En cuanto a Turquía, según Metals Focus es uno de los mayores mercados globales en términos de reciclaje de oro. De hecho, durante los últimos periodos de subida de precios del oro, en 2015 y 2016, los inversores no dudaron en vender su oro, con la intención de reemplazarlo más adelante.
La depreciación de la lira turca, un 15% en 2015, provocó que el precio del oro sobrepasara las 100 liras el gramo, lo que precipitó las ventas. En 2016, el precio subió hasta 120 liras el gramo a primeros de marzo, lo que volvió a incrementar el nivel de ventas. Sin embargo, con el gramo a 182 liras en estos momentos, esta oleada de ventas no se ha repetido.
Egipto también ha sufrido una fuerte devaluación de su moneda, lo que elevó los índices de reciclaje de oro a máximos históricos, al tiempo que redujo a mínimos la demanda de oro del mercado.
Con la progresiva recuperación de la economía, desde Metals Focus subrayan que la tendencia de los ciudadanos egipcios es a la venta del metal y la recogida de beneficios, a diferencia de lo sucedido en Irán y Turquía, donde la tendencia es a mantener el metal como activo refugio, a pesar de que los precios en divisa local están en máximos.