La pequeña ciudad de Saint-Yrieix-la-Perche, situada en la región de Nueva Aquitania (Francia), se ha convertido en protagonista en estos días al reclamar al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York la devolución de un busto realizado en oro y plata, donado por los herederos del banquero J. Pierpont Morgan, que al parecer fue vendido de forma ilegal por el antiguo párroco de la localidad y sustituido por una copia.
El busto de San Aredio (Yrieix en francés, de quien toma su nombre la ciudad) data de entre los años 1220 y 1240, y está elaborado en oro y plata, con incrustaciones de piedras preciosas. Se trata de un relicario que en su momento contenía el cráneo del propio San Aredio, patrón de la localidad y fundador de un monasterio en la región en el siglo VI.
¿Cómo llegó este relicario a las vitrinas del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York? Según el libro “La belle époque de los saqueadores de iglesias”, publicado recientemente por los investigadores Philippe Grandcoin y Vincent Brousse, el busto original fue vendido en 1906 por el entonces párroco de Saint-Yrieix-la-Perche y sustituido por una copia.
Desde entonces, la pieza pasó por las manos de un comerciante de antigüedades francés, que se lo vendió a uno inglés. Éste, a su vez, lo vendió por 300.000 francos de oro al magnate JP Morgan en 1907.
Fueron los herederos del banquero quienes, diez años más tarde, en 1917, lo donaron al Museo Metropolitano de Arte, donde forma parte de su colección permanente.
Lo curioso del caso es que, hasta la década de los 50 del pasado siglo, se desconocía que el busto que permanecía en Saint-Yrieix-la-Perche era en realidad una copia del original. Todo se descubrió a raíz de la visita de un nativo de la localidad francesa al Museo neoyorquino, durante la cual reconoció el busto y lo comunicó a las autoridades municipales.
La localidad francesa sostiene que es la legítima propietaria de la reliquia, basándose en un decreto de 1789 sobre la propiedad pública y otro de 1891 sobre la protección de los monumentos históricos, además de una ley de 1905 que impide a los compradores de objetos protegidos que los saquen de Francia.
El pasado 10 de enero, el actual alcalde de Saint-Yrieix-la Perche envió una carta al Museo Metropolitano, por medio del Ministerio de Asuntos Europeos y Exteriores y de la Embajada Francesa en los Estados Unidos, en la que reclama de forma oficial la devolución del busto.
Según artnet News, el Museo Metropolitano no ha respondido a ninguna pregunta sobre la cuestión. Desde el Ayuntamiento de Saint-Yrieix, un portavoz ha asegurado que desde el Museo Metropolitano están pendientes de una respuesta por parte de la dirección del mismo.
En palabras de Judith Kagan, responsable del Departamento de protección del patrimonio, a artnet News, “la venta y exportación del relicario de San Aredio se llevó a cabo de forma ilegal en mayo de 1906. A pesar de que se encuentre en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, su legítimo propietario sigue siendo la comunidad de Saint Yrieix-la-Perche”.
Desde la ciudad esperan que el conflicto se resuelva por medio de un acuerdo amistoso con el museo, aunque si no es posible alcanzarlo, desde el Ayuntamiento han asegurado en la revista francesa L’Express que no descartan emprender acciones legales.