Las reservas del Banco Central de Venezuela han caído hasta su nivel más bajo de los últimos años, después de que el organismo haya liquidado otras tres toneladas de oro en el primer semestre del año. El Gobierno de Nicolás Maduro se ha servido de las reservas de metal precioso del país para obtener préstamos y liquidez con que hacer frente a los graves problemas económicos que aquejan a Venezuela.
Los últimos datos publicados por el Banco Central de Venezuela revelan que el Gobierno de Nicolás Maduro está liquidando las reservas de oro del país para obtener liquidez con la que hacer frente a la grave crisis que aqueja al país sudamericano.
Según estos datos, las reservas de oro en poder del Banco Central de Venezuela se redujeron en tres toneladas durante el primer semestre de 2021, con lo que la cifra actual se sitúa en 83 toneladas, la más baja de los últimos 50 años.
Estas reservas estaban valoradas, a finales del pasado mes de junio, en 4.900 millones de dólares, 187 millones menos que a finales de 2020.
Durante el pasado año, las reservas de oro venezolanas ya se habían reducido en 19 toneladas, aunque ni el Banco Central de Venezuela ni el Gobierno de Maduro han ofrecido información alguna sobre el destino de este oro, probablemente vendido a países aliados a cambio de efectivo.
El secretismo que rodea a estas operaciones de venta de oro se debe a que tanto el propio Banco Central de Venezuela como la empresa minera estatal se encuentran sometidas a sanciones por parte de los Estados Unidos, que le impiden la venta en el exterior.
Desde la oposición venezolana aseguran que parte del oro se ha vendido a países como Mali y los Emiratos Árabes Unidos, a cambio de dinero en efectivo.
Durante varias décadas, Venezuela mantuvo unas reservas de oro superiores a las 300 toneladas. Sin embargo, cuando la crisis económica del país se recrudeció, a partir del año 2015, el Gobierno de Nicolás Maduro comenzó a vender parte de este oro para obtener liquidez, y a utilizarlo como garantía en préstamos y operaciones de swap con bancos internacionales como el Deutsche Bank.
Ante la imposibilidad de devolver algunos de estos préstamos, el BCV se vio obligado a ceder la propiedad de parte del oro que había utilizado como garantía.
Curiosamente, en los listados que publica mensualmente el Consejo Mundial del Oro sobre las reservas en poder de los bancos centrales (de los que informamos puntualmente en este medio), no se reflejan estas ventas.
De hecho, la cantidad que figura a nombre del Banco Central de Venezuela está congelada en 161,2 toneladas desde hace meses, una cifra que hace varios años que no corresponde con la cantidad real.
Ello se puede deber, probablemente, al hecho de que este listado se elabora con los datos que los propios bancos centrales comunican al Fondo Monetario Internacional, de donde los toma el Consejo Mundial del Oro.
El FMI no tiene capacidad para auditar las reservas de oro de los bancos centrales, por lo que acepta de buena fe lo que éstos dicen. De ahí que la cifra comunicada de forma ‘oficial’ por el Banco Central de Venezuela sea de 161,2 toneladas, cuando en realidad es prácticamente la mitad.
Lo mismo puede decirse, por ejemplo, de las reservas de oro en poder del Banco Popular de China, que diversos analistas internacionales y expertos en el mercado de los metales preciosos sostienen que, en realidad, son muy superiores a lo que este organismo declara al FMI.
No hay que olvidar, además, que el propio BCV mantiene un litigio con el Banco de Inglaterra por la propiedad de 31 toneladas de oro (14 que tenía depositadas allí y otras 17 que habían sido utilizadas como garantía en un swap y que le fueron devueltas), que la entidad inglesa se niega a devolver al Gobierno de Maduro.
El litigio se encuentra ahora mismo en el Tribunal Supremo británico, que tendrá la última palabra sobre el destino de ese oro.